Emigrar no solo de cuerpo, sino de cabeza

Emigramos con 28 años un 24 de agosto, día del cumple de mi amiga Victoria, que me perdono tener que recordármelo ella misma, solo por estar en medio de ese peo que es mudarse de país y además con un niño de 8 años y un bebé a punto de cumplir 1. 

Metimos lo esencial en 4 maletas, dejando muchas cosas, por sí volvíamos, y es que ese pensamiento nos acompaña siempre.

Eran tiempos durísimos en España, pero nosotros Venezolanos al fin, con mentalidad de emprendimiento, pensábamos tener el control, porque al fin y al cabo habíamos crecido en una continua “crisis” y a pesar de todo habíamos logrado muchas cosas. Pero nada distaba más de la realidad que nos esperaba. 

Venezuela es única en muchas cosas entre ellas en la economía y política, imposible de explicarle a una persona de otra nacionalidad lo mal que lo estábamos pasando allí; Reflexiono después de 10 años que el último blackberry en la mano y los Rayban de moda en pleno invierno daban un toque de inconsistencia en mi historia.

Emigramos JUNTOS, con la suerte de dejar bien alquilada nuestra casa, con suficiente cash al haber vendido nuestros carros (coches) y traspasado un negocio, sí, allí en Venezuela con un gobierno casi dictatorial se traspasaban negocios (explícale eso a un polaco que haya vivido de verdad en comunismo puro y duro) con la tranquilidad de tener una casa y 2 coches en Madrid, conocer bastante bien la ciudad por haber venido mucho de vacaciones, encima teniendo amigos y familia ya aquí establecidos, con la enorme ventaja de tener la nacionalidad española y de disponer aunque sea solo una vez del cupo cadivi de ambos. En retrospectiva, ¡wow!, fuimos muy afortunados. 

Casi inmediatamente nos fuimos al corte inglés y le compramos a Sebas de todo para el comienzo escolar, lo que estaba en la lista y más (por si acaso), hasta aún sin ser obligatorio en su cole le compramos unos cuantos uniformes de invierno y verano.

Cual venezolano en Miami con dólar 4,30,  seguimos comprando hasta abrigos de nueva temporada (Que locos! y encima era aún verano), ropa de deporte, bicicletas, nos apuntamos en un buen gimnasio para pasar el tiempo mientras buscábamos dos buenos puestos de trabajo, renovamos los 2 blackberrys “gratuitamente” firmando un contrato de permanencia y poco tiempo después hasta un todoterreno.... ok, no nos odien: No éramos ricos, sino: ¡ignorantes! 


Habíamos emigrado de cuerpo solamente. La mentalidad la traíamos de fábrica, a pesar de que en nuestras casas nuestros padres habían trabajado mucho y nadie les había regalado nada, nosotros éramos esa generación que lo tenía todo sin apreciarlo. 

Me llevó algún tiempo darme cuenta que no somos el ombligo del mundo, nadie está obligado a sentir empatía por lo que allí ocurre. Hay gente muriendo de hambre y luchando por su vida, inmersos en guerras dantescas y tampoco les hacemos caso. Incluso aquí mismo hay verdaderos dramas. 

Los siguientes años eran como estar buceando en un océano de realidades con el oxígeno al mínimo. 

La típica frase de: hay que cambiar el chip, era más difícil de lo que pensábamos. Toca arrancarlo y dejarlo bien abajo en el fondo de ese océano y si de una vez eres capaz de dejarlo en el Mar Caribe mucho mejor, lo tendrás aún más fácil. Tú no eres mejor que nadie, tú eres el que se tiene que adaptar a esta forma de vida, porque aquí se vive, se trabaja y se disfruta de otra forma y si no te gusta mejor vete a otro sitio cuanto antes, no pierdas el tiempo porque nada va a cambiar por ti que eres solo como un granito de sal más en este mar.

Absolutamente nadie tiene una experiencia igual, nadie podrá guiarte mejor que tú mismo, es un camino más difícil dentro de tu cabeza que exteriormente. 

El día que dejas de compararte con los demás, el día en que en esa lista idealizada que tienes en tu cabeza dejas de lado cosas banales y apuestas a lo que te hace realmente feliz, ese será el día en que ves las cosas más claras, créeme.

No soy de libros de autoayuda (con todo el respeto que merecen) y odio las frases motivadoras de moda que generalizan el bienestar.

Triunfar como emigrante puedes ser muy diferente para cada uno, porque cada persona es distinta y algunos por ejemplo quieren tener una casa enorme y un súper coche sin importar que con ello estén endeudados hasta la muerte, otros sueñan con vivir surfeando, otros quieren solo estar tranquilo y tener un empleo  que te permita vivir “bien” o al menos llegar a fin de mes. Al final cada quién es feliz y se siente realizado de formas diferentes.

Busca tu propio bienestar y establece tus prioridades, piensa bien si el estilo de vida de ese país, ciudad o pueblo al que emigras te gusta, se consciente de que pagarás impuestos porque esas calles asfaltada, esos jardines bien cuidados, los colegios públicos tan bonitos salen de alguna parte. Y si por alguna razón decides dejarlo todo y cambiar de ciudad o país otra vez,  o incluso volver al tuyo, no lo veas como un fracaso, velo como que acabaste un máster y tienes que continuar, llevándote lo aprendido. 

¡Ups!, me salieron unas cuantas frases motivadoras.

Te doy solo algunos consejos (tómalos o déjalos): NO emprendas ni gastes todo lo que traes en lo que llegas, conoce primero tu entorno, mimetízate, aprende y nútrete de esa nueva cultura, pero por favor si emigras a España lleva tu acento con orgullo, no hace falta pronunciar la Z y la C diferente: te queda forzado, bien feo y además pierdes parte de tu encanto, prepárate bien en lo que te gusta hacer, da lo mejor de ti, estudia mucho, si te gusta la carpintería, hazte el mejor en ello, que quizás corres con la suerte de poder dedicarte a lo que realmente te hace FELIZ, sin prejuicios.

Nota: si lo cuento todo, me da para un libro... dejémoslo en: to be continued, ¡jajaja!

Comentarios

  1. Wao! Me encantó, me identifico mucho con tu experiencia ��. Gracias, muchas gracias por formar parte de nuestra aventura de emigrar y crecer. Besos ��

    ResponderEliminar
  2. Me encantó tu relato, mucha sinceridad y humildad, gracias!!!

    ResponderEliminar
  3. Espero que continúen...son muy buenos consejos y ojalá muchos te lean :-) seguro que si te hacen caso, les ayudará mucho

    ResponderEliminar

Publicar un comentario